miércoles, 22 de febrero de 2012

Una mañana diferente


Una mañana te despiertas y eres un niño diminuto que hasta una hormiga te supera por 2km de altura.Es de esas cosas que dices soy un niño diminuto del día a la mañana sin saber porque.
Esa mañana tras despertarme sentí un pequeño hormigueo por mis piernas, como si no sintiese mis pies. Mi madre se encontraba en la cocina esperando a que me levantase. No podría ir al colegio porque no tenía ropa para ponerme, pero de repente, apareció un gnomo por mi ventana jalándome de las orejas para estirarlas y ponerlas puntiagudas, vistiéndome con ropa de color roja y verde e incluso me puso unos zapatos con punta como la concha de un caracol.
Me cogió de un puñado por la espalda y me subió a un rinoceronte que volaba llamado LAGUARIORDE que tenía en vez de un cuerno tenía cuatro en cada boquete de la nariz tan grandes como el largo de una habitación y tan gordos como la barriga de un elefante.
Veíamos la televisión en una televisión tan pequeña que los restos de goma que sueltan al borrar. Al sintonizar los canales de la tierra, en Telecinco, Antena 3, Cuatro, Canal Sur, Televisión Española y los informativos de CNN+, había un especial hacia el niño desaparecido en Lagüiñela (Katiefa, España).
El gnomo me dijo que había sido elegido para la misión secreta de la destrucción de un malvado gnomo llamado Raikaktön.
El gnomo silbó y de repente aparecieron ocho millones de gnomos con cuatro millones de tanques y el resto armados con pistolas, bazokas y catapultas.
A mí me dieron un tanque especializado con auto destrucción de todos aquellos coches,personas y robots que choquen conmigo. También llevaba incluido cuatro bazokas en los laterales y uno por delante y otro por detrás.
El viaje comenzó hacia el castillo del malvado gnomo Raikaktön, al llegar allí había que destruir a sus malvados guardianes para poder llegar al salón interior del castillo, donde se encontraba Raikaktön.
Con astucia conseguimos destruirlos y emprender el camino hasta donde se encontraba el malvado gnomo.
Una vez allí, el gnomo estaba de espaldas y con un disparo del bazoka del tanque conseguimos matarlos.
Tenía sólo un par de horas para poder llegar a mi casa e ir a la hora del recreo al colegio.De repente el amigo gnomo sacó un ave fénix y en menos de diez minutos llegué a mi casa y conseguí llegar al cole.
Mi madre al verme de vuelta le dio una gran alegría.
Después le explique todo y pensó que podría escribir un libro sobre aquella aventura tan fascinante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario