Soy Teresa, y hoy voy a comer a un bar, con toda mi familia.
No os he contado una cosa, soy una niña diferente, pero no diferente por que sea de otra raza ni nada de eso, no, que vá, si no diferente por que tengo un poder. Ya sé, os parece un poco raro, pero es verdad, cuando quiero, puedo mover las cosas sin tocarlas, es un poco raro pero bueno, nací así, y no se puede evitar.
Bueno a lo que iba, que hoy he ido a comer con mi familia y me ha pasado una cosa un poco rara.
Después de comerme los espaguetis y el pollo que me pedí, se me apeteció un postre, y pedí una mandarina. Cuando fuí a cortar la mandarina, escuché un ruido, como una voz que me chillaba desde lejos - ¡No, no lo hagas por favor! Me quedé un poco asombrada, por que no sabia que era esa voz, y cuando le dí la vuelta a la mandarina, ví que tenia boca y ojos -¡Guau! pronuncié tan alto que mi hermana se asustó y dio un salto de la silla. Empecé a hablar con la mandarina, y me contó que era la única de todas las mandarinas que tenia cara y podia hablar. Era diferente a las demás, como yo y entonces, me hice amiga suya.
Desde ese día me ha contado muchas cosas sobre ella y me la he traido a mi casa y ahora vive aquí, conmigo, en mi habitación, y para mi, es una nueva amiga.
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