Querido Diario ..
Me llamo Sandra y tengo 13 años. Ayer salí del colegio y llegue a mi casa. Mi madre me dijo que tenia que ir a comprar el pan y me hecho dinero por la ventana. Fui a la única panadería que quedaba abierta a esa hora; esa panadería esta en una calle oscura y pequeña, casi nadie va a comprar allí pero ese día yo tuve que ir. Cuando entre en la calle vi un montón de cajas y vi que de una de ellas salía el pico de una manta de cuadros verdes y negro, como soy muy curiosa me acerque a mirar lo que había dentro y entonces vi que había un cachorro de labrador marrón con los ojos celestes. Me quedé alucinada cuando lo vi ni siquiera tenía comida y lloraba desesperado; llamé a mi padre por el móvil y le dijo lo que ocurrió, como mi padre es veterinario me dijo que llevase la caja a casa, y así lo hice, entre a comprar el pan, y al salir cogí la caja. Me costó un poco llevarla a mi casa ya que pesaba mucho. Cuando mi hermana lo vio se quedo alucinada y pidió a mi madre y mi padre que nos lo quedásemos de mascota ya que nadie lo quería. Después de un largo rato pensando mis padres decidieron que nos quedaríamos con el perrito. Mi padre lo llevó a la clínica y le curo de todas las heridas que tenía. Le hemos llamado Quina, porque siempre le gusta estar durmiendo en las esquinas de mi casa y le tengo que poner la cama allí en las esquinas que a ella le apetezca. La quiero mucho y nunca me separaré de ella como se separó su otro dueño o dueña que aún no se quien es. ¡Te quiero Quina!
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